Multicine de verano

Sin tener fútbol (lo de la Copa América es un pufo y de madrugada que no os engañen) el cine se pone en primera fila. Un sitio fresco y una oferta variada de películas. De lo más reciente que he visto en pantalla grande os aconsejo o no 4 películas

1º) Lejos del mundanal ruido. Buena historia, actores fantásticos (el otro día leí que Carey Mulligan es la peor actriz de su generación... ¡Increíble!). Claramente es una película que merece la pantalla grande. La música de Craig Armstrong es maravillosa y Thomas Vinterberg hace un trabajo de planificación elegantísimo. Y la canción que canta la propia Carey es bellísima.



2º) Jurassic World: Sólo por ver a un militar norteamericano mirar a los velocirraptores desatados mientras comenta "¡Si hubiésemos tenido unos cuantos de estos en Afganistán!, ya hubiese valido la pena pagar una entrada. La película ya ha superado los 1000 millones de dólares en taquilla. Y seguirá arrasando. Le falta un par de vueltas al guión para que la película sea redonda, pero hay que reconocer que es un entretenimiento muy logrado.




3º) Ahora o nunca: Menos zafia de lo que me imaginaba, pero también menos divertida. La evolución de los personajes es muy desconcertante y, aunque empieza y termina muy bien, en el medio hay mucha hojarasca. Muy lejos de 8 apellidos vascos en casi todo, pero funcionará bien en taquilla.    




4º) Tomorrowland: De Brad Bird me esperaba otra cosa. Aburrida y caótica, con unos diálogos que no tienen cordura ni ingenio desde el primer minuto. El personaje de George Clooney es de lo peor en mucho tiempo que le he visto a este coloso de la interpretación moderna. Y los 135 minutos de metraje me resultaron eternos.

Coixet, en distancias cortas

Con Isabel Coixet no tengo término medio: o me entusiasma o me enferma. Admiro mucho los riesgos que asume, pero temo sus consecuencias. Sobre todo en sus largometrajes. En los anuncios, trailers y cortometrajes suele contener la enorme capacidad sentimental de sus relatos. En este cortometraje extraído de la película Paris je t´aime, Coixet incluye además su particular sentido del humor. Un elogiable reírse de su propio cine...

La desconcertante inmortalidad de "Grimm" (5ª temporada)

Leo con asombro que Grimm tendrá 5ª temporada. Aunque en sus comienzos prometía ser una serie más o menos entretenida, el paso de las interminables temporadas (22 capítulos cada una) demostró que estaba muy lejos del cine y la televisión que han rejuvenecido cuentos clásicos con mucho arte.



Las 3 versiones de Blancanieves (la de Pablo Berger, la de Julia Roberts, la de Charlize Theron), Maléfica, La princesa prometida, las primeras de Shrek... Todas ellas han aprovechado las vueltas de tuerca a los cuentos de toda la vida con un talento notable. También hemos visto desperfectos como la última versión de La bella y la bestia o la psicodélica Hansel y Gretel, y las insípidas y desnortadas caperucitas rojas de Catherine Hardwicke y Kenneth Branagh.

Y en un puesto de honor está una serie estupenda que no deja de dar vueltas y sorprender: Once upon a time, que acaba de estrenar la 4ª temporada y ya ha confirmada una 5ª. Mientras tanto Grimm se queda en tierra de nadie. La historia de una saga (los Grimm) que ven lo que otros no ven (en este caso los monstruos que adaptan formas humanas) no acaba de enganchar a pesar de persecuciones, peleas y efectos especiales. Y es que cuando falta la magia del guión no hay cuento que valga, y aquí la narrativa, los diálogos y personajes dejan mucho que desear.

Para empezar es asombroso que se confíe tanto en David Giuntoli, un actor tan soso que resulta agotador como personaje principal. Pero tampoco hay que cargarle con toda la responsabilidad; hay secundarios como Silas Weir o Reggie Lee que en Prison Break resultaban muy atractivos en su locura/maldad y aquí son totalmente indiferentes.

No hay más que ver el nombre de los tres creadores para entender el problema principal de la serie. De todo lo que han hecho hasta llegar a Grimm Stephen Carpenter, David Greenwalt y Jim Kouf es difícil destacar algo reseñable: De ladrón a policía, El jefe, Escapando de la oscuridad, Las albóndigas en remojo, Operación Elefante, ¡Qué mal te lo montas, tío!  o las series Ángel y Jake 2.0.

Y Grimm, aun siendo posiblemente lo más correcto que han hecho hasta ahora, no es más que una serie que ocupa horas y horas en la parrilla. Al menos no es una serie ofensiva aunque tenga escenas violentas. Y tiene su público. Allá él. Conmigo no cuenten. Para descubrir el monstruo que hay en mí prefiero volver a ver esa deliciosa e incomprendida obra de arte de Spike Jonze titulada Dónde viven los monstruos.



Para el verano... Hitchcock

Con el calor las noches se hacen más largas y el cine clásico es un buen recurso para que no nos importe perder sueño. Siempre nos quedará una obra maestra a mano que nos permita sobrevivir. Y Con la muerte en los talones es una de ellas. Pasan los años y cada vez es más moderna, divertida y trepidante. El reportaje de TCM está a la altura.

"Silicon Valley" o "Aventuras en Peculandia"

Es el lugar del mundo con mayor coeficiente intelectual de la Tierra y HBO ha decidido dedicarle una comedia peculiar. Los sucesores de Steve Jobs y Bill Gates son una fauna que da mucho juego. Asociales, adictos a pastillas y dietas surrealistas, estos cerebritos son los peores enemigos de seres mismos.

El protagonista es Richard Hendricks (muy bien interpretado por Thomas Middleditch, uno de los secundarios habituales en televisión), un superdotado universitario a punto de abandonar los estudios. Con su cara ladeada, su barba de 3 días y sus caóticos rizos rojos hacen de él un perfecto ejemplo del anti-carisma. Pero su último invento, la aplicación El flautista de Hamelin, promete ser un éxito mundial.



Silicon Valley tiene un presupuesto importante para ser una comedia y se nota en las localizaciones: edificios y calles informatizados, coches innovadores, decoración minimalista a juego con la moda Apple... Allí habitan los genios y sus mecenas; esos buitres carroñeros capaces de sacarte los ojos con su mejor sonrisa de "confía en mí; sé como hay que tratar a los seres humanos". Erlich Bachman (T.J.Miller) ocupa el podio de honor de los chupópteros de Silicon Valley. No es muy inteligente ni muy simpático pero tiene la seguridad en sí mismo que le convierte en un ser necesario en este parque temático.

Los creadores de esta serie son los cómicos John Altschuler, Mike Judge y Dave Krinsky, responsables de series como El rey de la colina y películas como Patinazo a la gloria. Aquí realizan su mejor trabajo como guionistas con ingenio y mala uva, aprovechando un plantel de actores que saben hacer reír siendo especialmente serios. En algunos capítulos, y especialmente en algunos personajes, son demasiados zafios, pero está claro que de HBO no esperábamos otra cosa. Aún así hay que reconocer que al menos esta comedia no es tan monotemática como otras (New Girl, Episodes, Dos hombres y medio).

Silicon Valley es una inmersión hábil en ese mundo tan influyente de Palo Alto. Sin embargo, la serie no llega a entusiasmar. Diciéndolo en pocas palabras, ni es tan divertida como The Big Bang Theory, ni tan inteligente como La red social. Es llamativo que las temporadas sean tan cortas: 8 o 9 capítulos. Y es que siendo una serie que se deja ver no acaba de enganchar por los continuos altibajos de ritmo e ingenio. Aún así dentro de poco se estrenará la tercera entrega.


"Locke": llueve en la carretera

Me encantan las películas claustrofóbicas. La cabina, Buried, Última llamada, La soga...  Y desde ayer, Locke. Tom Hardy viaja a un lugar que desconocemos en las afueras de Inglaterra. Con llamadas de teléfono intenta no desconectar del todo de un planeta del que parece querer alejarse. El guión y la dirección de Steven Knight (escritor de películas tan impecables como Promesas del este o Amazing Grace) es muy hábil poniendo en primer lugar el personaje por delante de la interesante trama.

Locke demuestra que cuando hay algo que contar todo es mucho más fácil. Y esta película habla de filiación, las consecuencias de los actos, la felicidad de lo cotidiano, el determinismo como excusa y la determinación como solución para los valientes. Y Tom Hardy está estupendo, especialmente en versión original, con un rostro que dice mucho conteniendo las lagrimas y la respiración, o mirando a una carretera que parece interminable.  

Zbigniew Preisner

Este compositor polaco de 60 años es conocido sobre todo por sus trabajos con algunos compatriotas como Agnieszka Hollland (Europa, Europa y El jardín secreto) y Krzysztof Kieslowski (Decálogo, La doble vida de Verónica, Azul, Blanco y Rojo).

Sin embargo, también compuso alguna banda sonora muy poderosa en Hollywood como la de Cuando un hombre ama a una mujer (una peli que tenía algunos buenos momentos y que sirve para recordar cuando Meg Ryan era actriz...).










Han pasado los años y Preisner no ha podido mantener el nivel de las películas anteriormente citadas. Pero probablemente aún le quedan 3 o 4 bandas sonoras geniales por componer. Y quizás un Oscar que haga justicia (por ahora sólo ha sido nominado a los Globos de Oro en las dos ocasiones en que perdió: Jugando en los campos del Señor y Azul). Como todos los grandes compositores es imposible imaginar Rojo o El jardín secreto sin su música.



Marvel se hace grande en pantalla pequeña: "Daredevil"

Siempre se ha tenido la convicción de que el cine de superhéroes es el máximo exponente del cine palomitero del siglo XXI. El 3D, el Imax o las butacas que se mueven al ritmo de Iron Man son elementos concretos del cine como atracción. Ése que según Spielberg y Lucas es el único que sobrevivirá el paso del tiempo.

Hasta ahora las series de televisión no habían logrado el éxito de Los vengadores o el prestigio de El caballero oscuro. Pero ha llegado Daredevil... Curiosamente un personaje maltratado por el cine con una versión muy olvidable protagonizada por un Ben Affleck en horas bajas (2003), y que en televisión es interpretado por un crecido Charlie Cox (Encontrarás dragones, Hello Carter, Moby Dick).


En esta serie creada por el ingenioso Drew Goddard (director y guionista de esa locura genial titulada La cabaña en el bosque) que produce Netflix, hay drama, historia y personajes que hacen algo más que pelear con una coreografía digna de un gran musical. Los créditos de la serie, el uso de los colores matizados en la fotografía, las localizaciones, los diálogos de ida y vuelta resumen una serie grande, la mejor de superhéroes hasta la fecha, bastantes lejos de sus loables perseguidoras (Gotham, Arrow, The Flash).  

Desde las primeras escenas del piloto (esa larga confesión del protagonista) al espectador le queda claro que no ha entrado en otro parque temático de velocidad frenética y argumento prototípico. Es una serie que se toma su tiempo, deja cabos sueltos y mide bien los tiempos de un argumento que tardará en aclararse. Dudo que a Nolan no le haya entusiasmado, hay mucho de sus mejores películas en cada uno de los episodios.

El éxito de la primera temporada de la serie ha llevado a la confirmación de una segunda sesión que llegará en 2016.

Valium para los chicos de la comedia americana

Tengo un amigo que intenta convencerme de que la comedia americana actual podría competir con la de los años 40 y 50. Por ahora no ha conseguido grandes avances. Creo que el principal problema es que más allá de la inventiva de los guiones (que en mi opinión disminuye por momentos), el problema es que a los Jack Black, Owen Wilson, Vince Vaughn, Sandler, Stiller y Carrey les haría falta unos cuantos valium. Mientras tanto creo que la distancia con los Stewart, Grant ó Fonda es infinita.

Las chicas están mejor. Aunque hay ejemplos igualmente irritantes (como Zellweger), otras actrices como Cameron Díaz (Algo pasa en las Vegas), Julia Roberts (Nothing Hill) ó Sandra Bullock (Mientras dormías, La proposición) suelen estar brillantes.

"Smooth criminal" antes y ahora

Probablemente sea uno de los mejores videoclips de la historia de la música. Desde luego la coreografía y el diseño de producción revolucionó su época casi tanto como lo hizo el mítico Thriller. Aún así en la serie Glee se han atrevido a hacer una versión que no está nada mal. Han evitado la competición directa yendo por un camino muy distinto: localización y coreografía sencilla pero con un uso imaginativo de los instrumentos.

Una vez más Ryan Murphy vuelve a acertar en los bailes. En este como en otros aspectos Glee sigue siendo Glee...



Ellos se juntan

Alex de la Iglesia me parece un director más interesante más por lo que dice que por lo que hace. Es una persona que se le entiende, que habla con claridad y sencillez. Aunque sus películas parecen las de un ser perturbado hablando es uno más del barrio. 


En esta corte de una entrevista con Carlos Boyero cuenta lo que piensa de Robert Rodríguez y una cena en la que conoció a Quentin Tarantino. No tiene desperdicio.


"House of cards": Hasta aquí hemos llegado (2x01)

No me gustó la primera temporada y me ha costado empezar la segunda. Y el despropósito del primer capítulo es rotundo. Si ya era una serie pagada de sí misma y sobreactuada, ahora ha pasado a ser un culebrón en toda regla, con escenas tan postizas como la de Kevin Spacey y Kate Mara en el metro. Tampoco se queda corto el diálogo anterior a esta escena con Robin Wright ejerciendo de serpiente venenosa capaz de matar con una sola mirada a un dulce recién nacido.

Una cosa es que la política embrutezca y otra que una serie no tenga ningún tipo de matiz. Los giros de House of Cards han superado hace tiempo el voto de confianza de los que empezamos a verla por Kevin Spacey, David Fincher o simplemente por ser un producto de la innovadora Netflix.

Quizás en otros momento sería más benévolo pero estoy harto de ver series actuales que demuestran mucho más talento que esta megalómana producción. Totalmente de acuerdo con la opinión de Alberto Nahum


Samantha Mathis: ella canta sola

River Phoenix murió en sus brazos poco después de rodar juntos Esa cosa llamada amor (1993). Samantha era la voz más melodiosa de esa desconocida película de Peter Bogdanovich, una joya de la música country norteamericana con un cuarteto de actores completado por unos sensacionales Dermot Mulroney u Sandra Bullock.

La banda sonora es maravillosa con algunas canciones interpretadas por los actores y otras por grandes cantantes del country actual. Es una de mis películas favoritas de Bogdanovich, que siempre me ha gustado mucha más escribiendo de cine que haciendo cine. Esa cosa llamada amor es como Vacaciones en Roma una de esas películas para recuperar en verano con tiempo por delante.

Samantha Mathis prácticamente no volvió a hacer películas desde que perdió a River, aunque la hemos visto en algunas series recientes como La cúpula. Pero no es lo mismo. Ella siempre será la chica que cantaba Big Dream punteando la guitarra ante la mirada del hermano de Joaquin Phoenix.

"A orillas del lago" y la música del agua

Tengo la suerte de vivir cerca del mar. Y leer con sol y oleaje de fondo es de estampa de anuncio de colonia pero aún así está muy bien. Si además logras una buena música de cine que se adapte a la historia la simbiosis es todo una obra de arte.

Una de esas historias que permiten disfrutar de la lectura en esas circunstancias es el primer libro de Mary Lawson: A orillas del lago.

Esta novela cuenta la historia de los hermanos Morrison, dos chicos y dos niñas, que pierden a sus padres en un accidente de tráfico. Rechazando el ofrecimiento de diversos parientes lejanos, los niños optan por evitar la separación y permanecen juntos en la pequeña localidad de Crow Lake, en el agreste norte canadiense a orillas del lago.

Todavía la adaptación al cine no se ha concretado, pero dudo mucho que tardemos en ver en pantalla grande esta historia intimista de personajes maravillosos que podría dirigir un Rob Reiner o Jon Avnet en sus buenos tiempos, con la fotografía de Christopher Doyle y la música de Nyman, Newton-Howard ó Thomas Newman. Bandas sonoras inolvidables para escenas que utilizan el agua de playas, estanques, ríos y lagos como metáfora poliédrica hay unas cuantas.



















"Las mejores intenciones"

En el último Festival de Cine de San Sebastián a propósito de la última película de Bille August (Silent heart) dos críticos de cine me aconsejaron una película anterior del director danés: Las mejores intenciones. Los dos coincidían en que era una verdadera obra maestra. Y por fin ayer comprobé que tenían razón.

Ganadora de la Palma de Oro en Cannes a la mejor película y el premio a la mejor actriz para Pernilla August (una actriz muy grande desgraciadamente conocida por participar en las últimas de Star Wars) tiene un guión magnífico de Ingmar Bergman, y una música melancólica sensacional del sueco Stefan Nilsson.

Las mejores intenciones es una verdadera belleza. La composición de planos es primorosa, con una utilización del paisaje y de la decoraciones de interiores que desvela un talento visual que hacen que el generoso metraje (casi tres horas) no sea un problema, sino un regalo. Agradezco especialmente que la película tenga más oxígeno del que Bergman suele dejar al espectador con sus historias habitualmente traumáticas.

La película tiene 23 años pero se mantiene joven y fuerte, quizás ya se pueda decir que es uno de los clásicos de final de siglo.

La voz de Woody

Siempre se ha dicho que en España se hacen los mejores doblajes de las películas. La lista de actores extranjeros que uno no sabe muy bien si ganan o pierden con la traducción es amplia: Kevin Costner, Russell Crowe, Leonardo DiCaprio, Sandra Bullock, Kevin Spacey, Cate Blanchett, Bruce Willis, Jon Hamm, Mel Gibson, Amy Adams, Christina Hendricks...

También hay ejemplos negativos como los famosos doblajes autoparódicos de Sylvester Stallone o Dani Martín poniendo su voz de pijo a Jack Black en Escuela de Rock... Pero Jack y la película de Linklater lo merecían.

Un actor en el que tengo pocas dudas que sale ganando al doblarle es Woody Allen. El trabajo del mítico Joan Pera es magnífico.









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