"La bruja" que no me hechizó

Una película de terror se juega el todo o la nada en los últimos minutos del partido. Y mi impresión de La bruja, opera prima de Robert Egges que ganó el premio al mejor director en Sitges, es que finalmente pierde. En cuanto a planificación y fotografia la película es sobresaliente, pero el guión reincide agotadoramente en la visión culpable del obseso de la religión radical y tremebunda que ve pecado, brujas y hechizos en todas partes.

Alguno la ha comparado con El bosque, una de los mejores películas de Shyamalan. Y no tiene nada que ver. Ni en la forma ni en el fondo. La bruja nunca deja de ser oscura, ocre y deprimente. Todos los personajes están atormentados y apenas hay algún color o registro distintos de los clichés medievales oscurantistas.

La hora y media de película se me ha hecho larga porque navega en constante punto muerto. Los actores están bien escogidos y hacen un buen trabajo, pero me resulta muy difícil preocuparme por estos seres tan crueles, alienados e incomprensibles. Lo mejor es la utilización del fuera de campo y el cambio de voces de los personajes que es realmente siniestro. Y que la película ha costado 3 millones y medio de dólares (muy bien aprovechados) y ha ganado 40 en todo el mundo.

Calificación: 6/10

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