"Regreso al futuro": la revolución de un género

El 6 de noviembre de 2010 se puso a la venta la máquina del tiempo más famosa de la historia: el Delorean de alocado Doc (la primera puja fue de 80.000 dólares). Es una de las iniciativas de Universal para recuperar una de las joyas de la ciencia ficción de la década de los 80.



Probablemente nunca se ha reconstruido tanto un género en tan poco tiempo. Con el referente claro de los 60 de Stanley Kubrick, el grupo formado por George Lucas, Steven Spielberg, Joe Dante, Robert Zemeckis o Ridley Scott, James Cameron ó Stephen Lisberger dieron un vuelco al uso artístico de los efectos especiales en el cine. Se puede decir que la mejor ciencia ficción se rodó entre 1977 (año en el que se estrenaron dos obras maestras: La guerra de las galaxias y Encuentros en la 3ª fase) y 1985 (curso en el que Regreso al futuro fue todo un taquillazo). 

Junto con la mejoras técnicas, el género empezó a adquirir un lenguaje moderno sin renegar del todo de la ciencia ficción de las películas de los años 50 y 60 de Robert Wise, George Pal o Jack Arnold (Ultimatum a la Tierra, El tiempo en sus manos, El increíble hombre menguante). 



Películas como Tron, Terminator, E.T ó Alien, revolucionaron un género maltrecho en los 70 echando mucha imaginación y utilizando una tecnología por ordenador pionera pero que hoy resultaría insultantemente arcaica. Aún así, con maquetas y Spectrum su trabajo está a años luz del trabajo realizado por ellos mismos (veáse el caso de Lucas ó Spielberg) o por la mayoría de directores contemporáneos actuales (Michael Bay, Steven Soderbergh) que han degenerado sagas imponentes como Terminator, Alien ó Star Wars. Con la excepción de algunas aportaciones de los Wachowski en el inicio de la saga Matrix y algunos apuntes sobresalientes de Spielberg (Inteligencia Artificial, Minority Report), James Cameron (Avatar) ó Alex Proxas (Yo, robot).

Con motivo del 25º aniversario del origen de la saga se lanzó un completo pack de tres dvd con más de dos horas de contenidos extra. Ahí se explica como Spielberg dio el empuje necesario para comenzar el rodaje de un guión escrito por su amigo Robert Zemeckis y el futuro escritor de comics Bob Gale en los inicios de la década de los 80. El guión gustaba pero Zemeckis no daba suficientes garantías para maniobrar con un presupuesto tan poderoso (su primera película Frenos rotos, coches locos había sido un fracaso en taquilla) y Spielberg estaba en un etapa complicada de su vida, saturado de trabajo y superando su reciente divorcio. 

El empuje fundamental fue cuando Zemeckis arrasó en taquilla en 1984 con el dueto Douglas-Turner en la película de aventuras Tras el corazón verde. Una vez que se confió en Zemeckis faltaba el actor y el favorito era Michael J. Fox que estaba triunfando en televisión. Finalmente el actor cedió y trabajo durante 18 horas diarias durante meses para combinar esos dos trabajos.


Como explican Zemeckis, Gale y el compositor Alan Silvestri la clave del éxito de Regreso al futuro fue aportar cosas nuevas a los ochenta. Tratándose de una película sobre adolescentes lo convencional hubiese sido acudir a los tópicos del cine que acababa de descubrir que los niños no vienen de París. Pero Zemeckis no imitó el tono de Porkys ó Desmadre a la americana (ya lo haría Judd Apatow 20 años después con Supersalidos o Lío embarazoso, al parecer comedias de lo más sublimes y renovadoras hace unos años y que ahora nadie que se atrevería a defenderlas con tanto entusiasmo). 

Por el contrario, Zemeckis traslado la acción a los 60, a la inocencia de entonces danto un toque de amplitud emocional muy bien conseguida por la vibrante orquesta dirigida por Alan Silvestri.

La trilogía va claramente de más a menos, pero el humor y el entretenimiento que ofrecen estas películas siguen funcionando como un reloj en las nuevas generaciones, bastantes aburridas de los últimos engendros de ciencia ficción que han tenido que consumir (Transformers, Ultimatum a la Tierra, etc).


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