Descubriendo a "Ariane"

Desconozco los motivos que han llevado a que Ariane haya sido durante décadas la película “perdida” de Billy Wilder junto con la anteriormente redescubierta El gran carnaval (1951). Al parecer la película no fue precisamente un éxito en taquilla y por algún motivo alguien decidió no darle más importancia y considerarla una película olvidable dentro de las imponentes filmografías de Wilder, Gary Cooper y Audrey Hepburn.

Hay que agradecer a Regia Films se decidiese a editar en DVD esta película que Donald Spoto calificaba en su última biografía sobre Audrey Hepburn como una comedia menor y trasnochada. Háganme caso, no lean la biografía de Spoto, que es muy mala, y vean Ariane, que es maravillosa, una comedia romántica deliciosa e inteligente. 


Wilder siempre dijo que hubiese preferido a Cary Grant para el papel de protagonista; un Casanova talludito que colecciona amantes en hoteles de lujo. Y no le faltaba razón; era su papel. Aún así Gary Cooper está estupendo, y el prodigioso guión de Wilder y I.A.L. Diamond (en su primera colaboración tras la ruptura del director vienés con Charles Brackett), hacen que uno añore los buenos tiempos de la comedia romántica. Escenas como la inicial en la que se encuadra la historia en el París más romántico (que Wilder ya había utilizado en Sabrina en 1954), o el desenlace final en la estación de tren hacen que uno comprenda por qué es tan esencial un buen guión que reúna personajes atractivos, diálogos originales y sugerentes, y giros creativos que hacen que la película se pase en un suspiro (es muy difícil recordar una comedia tan ágil que dure 130 minutos).

Casi 60 años después, Ariane es un clásico modernísimo, que encumbra aún más la figura de Billy Wilder como guionista y como director, y hace aún más encantadora la espontaneidad de Audrey Hepburn, la presencia de Gary Cooper y la elegancia de Maurice Chevalier.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comments System

Disqus Shortname