"Acantilado": Bostezos suicidas

Una secta de jóvenes suicidas envueltos en túnicas blancas van con antorchas en medio de la noche a tirarse uno a uno por un acantilado en Canaria. Así de impactante empieza la última película de la directora navarra Helena Taberna (Yoyes, La buena nueva). El problema es que ahí se acaba la presión arterial de la historia.

El argumento está basado en una novela de Lucía Etxebarría (El contenido del silencio) y eso no tiene fácil solución. Sus personajes insulsos sólo tienen energía para buscar sexo impulsivo, inmediato y, en el caso de las protagonistas, homosexual. Hay grandes actores pero ni la investigación ni los personajes están bien tratados. De esta manera la película languidece con un ritmo cansino y una edición lamentable en la que sobran decenas de escenas que no aportan nada interesante a la historia.

Es verdad que las sectas es un tema controvertido y no es fácil abordarlo con objetividad, pero de ahí a dejar al espectador tan distante hay mucha distancia. Y Acantilado no ha generado ni un sólo aplauso en el pase de prensa.

Calificación: 3/10

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