"Calvary": la ruta de zarzas y espino

Hacía tiempo que había oído hablar de Calvary, la última película de John Michael McDonagh (El irlandés), hermano del más conocido Martin McDonagh (Escondidos en Brujas, Siete psicópatas). Cuenta la vida de un sacerdote católico en un pueblo irlandés de apariencia bucólica y estado interior deplorable. Cualquier personaje está poseído por los más oscuros vicios y pecados, entre ellos el de ironizar con el cura que aguanta bromas e insultos con una paciencia ejemplar.

Calvary es de esas películas que hay que ver con fuerzas para enfrentarse a ella. Es una gran película en casi todos los aspectos importantes: música, interpretación, guión, planificación. Una pega: quizás el retablo de miserias es demasiado grotesco. excepto el personaje de una mujer de fe inquebrantable el resto son una panda de miserables en estado puro.



Habría mucho que hablar sobre esta película pero lo que más me ha gustado es que transmite la situación heroica de muchos sacerdotes que tienen que llevar sus hombros el peso, no sólo de sus propios pecados y los de su comunidad, sino también el de todos los católicos que no son ejemplares, especialmente los que visten sotana.

El retrato injusto y sectáreo que los curas y religiosos de bien reciben en la mayoría de las películas es muy llamativo. Si aparece un cura en seguida se hace una referencia a la pedofilia, el alcoholismo, los malos tratos, niños robados. la homofobia, misoginia... Parece imposible encontrar un cura simpático, con sentido común, que procura vivir el Evangelio y el Catecismo de la Iglesia, respetando y comprendiendo los que no piensan ni viven como ellos. Y hay miles de ejemplos reales. No serán tan esperpénticos ni fácilmente definibles en dos retazos maniqueos, pero expresarán la sencilla veracidad que expresan las obras maestras del cine.

Calificación: 8

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