La desconcertante inmortalidad de "Grimm" (5ª temporada)

Leo con asombro que Grimm tendrá 5ª temporada. Aunque en sus comienzos prometía ser una serie más o menos entretenida, el paso de las interminables temporadas (22 capítulos cada una) demostró que estaba muy lejos del cine y la televisión que han rejuvenecido cuentos clásicos con mucho arte.



Las 3 versiones de Blancanieves (la de Pablo Berger, la de Julia Roberts, la de Charlize Theron), Maléfica, La princesa prometida, las primeras de Shrek... Todas ellas han aprovechado las vueltas de tuerca a los cuentos de toda la vida con un talento notable. También hemos visto desperfectos como la última versión de La bella y la bestia o la psicodélica Hansel y Gretel, y las insípidas y desnortadas caperucitas rojas de Catherine Hardwicke y Kenneth Branagh.

Y en un puesto de honor está una serie estupenda que no deja de dar vueltas y sorprender: Once upon a time, que acaba de estrenar la 4ª temporada y ya ha confirmada una 5ª. Mientras tanto Grimm se queda en tierra de nadie. La historia de una saga (los Grimm) que ven lo que otros no ven (en este caso los monstruos que adaptan formas humanas) no acaba de enganchar a pesar de persecuciones, peleas y efectos especiales. Y es que cuando falta la magia del guión no hay cuento que valga, y aquí la narrativa, los diálogos y personajes dejan mucho que desear.

Para empezar es asombroso que se confíe tanto en David Giuntoli, un actor tan soso que resulta agotador como personaje principal. Pero tampoco hay que cargarle con toda la responsabilidad; hay secundarios como Silas Weir o Reggie Lee que en Prison Break resultaban muy atractivos en su locura/maldad y aquí son totalmente indiferentes.

No hay más que ver el nombre de los tres creadores para entender el problema principal de la serie. De todo lo que han hecho hasta llegar a Grimm Stephen Carpenter, David Greenwalt y Jim Kouf es difícil destacar algo reseñable: De ladrón a policía, El jefe, Escapando de la oscuridad, Las albóndigas en remojo, Operación Elefante, ¡Qué mal te lo montas, tío!  o las series Ángel y Jake 2.0.

Y Grimm, aun siendo posiblemente lo más correcto que han hecho hasta ahora, no es más que una serie que ocupa horas y horas en la parrilla. Al menos no es una serie ofensiva aunque tenga escenas violentas. Y tiene su público. Allá él. Conmigo no cuenten. Para descubrir el monstruo que hay en mí prefiero volver a ver esa deliciosa e incomprendida obra de arte de Spike Jonze titulada Dónde viven los monstruos.



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