La mejor terapia argentina

La sección paralela Territorio Latinoaméricano suele ser un lugar peligroso para refugiarse. El contenido depresivo de muchas de sus películas puede acabar contigo en una jornada de festival aciaga. Esta tarde había tres opciones cinematográficas latinoaméricanas: una uruguaya, una mejicana y otra argentina. Me he quedado con esta última y he salido ganando.

Días de vinilo es de las cosas más divertidas que he visto en los últimos años. Un chiste de dos horas que una vez y otra te sorprende provocando carcajadas que salen del corazón y la inteligencia, sin hacer concesiones a otro tipo de vísceras, muy frecuentadas por parte de la comedia actual más caduca.

El tono entrañable está bien medido con esa acidez intrínseca de los verborreicos argentinos que cuando funciona es una delicia escucharles, verles en acción. La película llegará a España pronto y ya habrá tiempo de hablar de ella. Hay mucho que decir.

Mañana hablo con su director, espero que me den tiempo. Yo desde luego mañana tengo mucho que preguntar y escuchar a Gabriel Nesci (apunten este nombre), sobre cómo ha logrado tallar esta pequeña joya de extraída de esa mina sin fondo que es el cine argentino contemporáneo.

Calificación: 9

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