Los juegos de Ozon

François Ozon presentó hoy en Sección Oficial una de las pelis más interesantes que hemos visto en este Festival: Dans la maison (En la casa). Jugueteando con la realidad y la ficción consigue una película irónica y muy ácida partiendo de una obra teatral del madrileño Juan Mayorga. El argumento se centra en un profesor de literatura harto del analfabetismo existencial de sus alumnos que de repente encuentra un niño prodigio en su propia clase. El alumno es consciente de la admiración de su tutor y desarrolla, como si fuese un folletín, una novela que diariamente entrega a su profesor.

 

Ozon sorprende con un ritmo ágil y divertido después de la aburrida e insulsa Potiche. Con unos actores soberbios entre los que destaca como siempre Kristin Scott Thomas (a la que cada vez se la ve más integrada en el cine europeo), y su marido en la película Fabrice Luccini, el director francés muestra sin piedad hasta donde puede el arte confundir la realidad. El novelista adolescente que navega en una ficción-realidad enfermiza alentado por su tutor, es una metáfora cruel de la educación y el arte que se desentienden del bien y la bondad en busca de una belleza prohibida.

Una película que te deja pensativo después de haberte hecho reír tiene mucho mérito. Ozon te mete en una casa de la que es difícil salir y a la que uno desea regresar. El juego de dobles lecturas que propone la peli es tan sugerente porque el director francés logra despistar al espectador con giros sorprendentes y golpes de ingenio constantes. No es el primer director que juega con la realidad y la ficción ni será el último. Pero Dans la maison ya cuenta con registro y voz propia. Y el cine francés ya tiene otro título más a añadir a la considerable lista de películas sobre la educación y el arte verdaderamente necesarias.      

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