"Habemus Papam": el declive de Nanni

Nanni Moretti es uno de esos artistas completos (hace de todo: dirige, actúa, escribe), un humorista que toca casi todos los palos. En sus películas como en las de Benigni o Woody Allen es una fuerza de la naturaleza que atrae todo lo demás hacía él. No es tan genial como el director de Brooklyn pero es menos exagerado que el protagonista de La vida es bella.

Sú última película no gustó a casi nadie en el último Festival de Cannes. A mí menos. La historia de un Conclave filmada por un director que nunca ha ocultado su etiqueta de artista de izquierdas prometía sangre y talento. Ni lo uno ni lo otro. Así, los que querían otro panfleto paródico sobre la Iglesia Católica se han quedado insatisfechos, y los que queríamos que tuviese respeto a los que no piensan como él no no nos hemos quedado especialmente ofendidos. Tanto a unos como otros nos ha dejado profundamente indiferentes.

La película aguanta media hora con una buena idea inicial. Luego es todo irreal, forzado y aburrido. Frío como un témpano. El director de Caro Diario, Abril y La habitación del hijo se pone reflexivo pero sus papas y cardenales son marionetas que fomentan el bostezo y la indiferencia. Es llamativo lo poco logrado que está el protagonista, lo mucho que dura el paranoico partido de volley y la ausencia de diálogos con algo de chispa. En definitiva, una de las peores películas de Nanni en años.

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