"Glee": Dancing in the sky

Ryan Murphy no es un director perfecto, ni mucho menos. Es tramposo, manipulador, sentimentaloide, tendencioso. Vamos, que lo de dirigir así Come, reza, ama no es casualidad.

Pero tiene un talento más que notable para planificar coreografías. El movimiento de la cámara, el uso de la luz, las letras de las canciones, la selección de las voces, el vestuario... También ha logrado que en muchas ocasiones las versiones de las canciones mejoren al original gracias a unas voces maravillosas. Un buen ejemplo son las canciones Tell him (que aquí cantaba el mismísimo Luis Aguilé o Telephone de Lady GaGa.





Y alguno dirá: "Hombre, a estas alturas y con ese presupuesto, no es tan difícil hacer un buen número musical". A las pruebas me remito. Sólo hay que ver las anodinas coreografías de películas como Mamma mía, Nine, Fama, Noche de fin de año (ese doble final tan aburrido con la prota de Glee de rehén), para darse cuenta que no es tan fácil. Hace falta talento para dar vida a un baile y Murphy lo hace con un montaje modélico. El resto de la serie va cuesta abajo y sin frenos aunque ya estemos en la 5º temporada.







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