Kim Ki Duk y la respiración artificial

Llevo años defendiendo que el cine oriental no tiene porque ser aburrido, pedante y hermético. Puede ser hermoso, accesible y universal. Ahí está buena parte del cine de Miyazaki, Yimou, Wang, Kar-Wai o Kore-Eda.

Sin embargo películas como Amén del surcoreano Kim Ki-Duk presentada hoy en la Sección Oficial echan por tierra todos mis argumentos. Eterna, pedante, surrealista, incomprensible... Todo ello lo tiene una película muda de menos de 80 minutos en el que sólo oímos sonidos de la ciudad que cambian cada vez que hay un corte de plano. Durante ese tiempo seguimos a una chica que busca un hombre por medio mundo, mientras un tipo con máscara la viola, le quita cosas y luego se las devuelve. Y todo eso para acabar con un final que suena a tomadura de pelo. De hecho el trailer es el final de la película. Insólito ¿verdad? Alienígena diría yo. Aplausos y silbidos al terminar. Yo salgo con necesidad de respiración artificial. Más que la dichosa máscara de Kim Ki-Duk, necesito alguien que me cuente una historia de seres humanos que hacen cosas humanas provocando emociones humanas.

3 comentarios:

  1. gracias. Yo oigo Kim ki-duk y empiezo a correr... Se ve que tu colega Ana SN se haya librado (como cuenta en su twitter). Cuestiones de jerarquía, supongo... Mis condolencias por el tiempo perdido.

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  2. Creo que sería un puntazo que te sacaras una foto con el Kim ki-duk. Cielos, vaya leña que le dais al coreano, twitter (críticos de cine) arde...

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  3. Hace unos meses vi una película de este estilo que se llamaba elephant.

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